17 de abril
Cuarto
Domingo de Pascua
Un
Pastor que conoce y ama a las ovejas
Hechos 13,14. 43-52: «Nos
dedicamos a los gentiles»
Salmo 99: «Sepan que el
Señor es Dios; que Él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño”.
Apocalipsis 7, 9.14b-17: «El
Cordero será su Pastor y los conducirá hacia fuentes de aguas
San Juan 10, 27-30: «Yo les
doy la vida eterna a mis ovejas»
Este es el domingo de
Jesucristo Buen Pastor. Por su resurrección Jesús se hizo «Pastor» de todo el
mundo; esto significa que su gracia salvadora alcanza a todos, a todas partes y
a todo a través de la historia.
El mensaje de los Hechos de
los Apóstoles, donde Pablo y Bernabé comienzan a predicar a los gentiles (a los
no judíos), realza la oferta universal de la salvación de Cristo, hasta el
momento restringida al pueblo judío.
El Salmo 99, «somos su
pueblo y ovejas de su rebaño»", es una perfecta continuación de la última
frase de la lectura anterior. «Los discípulos quedaron llenos de alegría y de
Espíritu Santo». Son como nosotros el pueblo de Dios, el rebaño del buen
pastor, le aclaman por toda la tierra, dan culto al Señor con gritos de
alegría...
Dos puntos se destacan en
mensaje del Apocalipsis: Primero, la obra de Cristo como Pastor: al fin de los
tiempos reunirá seguidores de todas las naciones, razas y culturas. El
Evangelio es universal; la Iglesia es universal (católica). Segundo. Cristo el
Buen Pastor habita entre sus ovejas; va por delante de ellas. Su fin es
guiarlas a "la fuente de aguas vivas": un destino de liberación y
plenitud.
En el evangelio de San Juan,
el símbolo de Jesús como nuestro «Buen Pastor» es muy apto para entender la
mutua relación entre El y nosotros. En la experiencia bíblica «pastor» no es
simplemente un oficio, sino un estilo de vida, un modo de ser y de vivir, una
forma de existencia. El pastor «apacienta» y «pastorea»: por una parte, cuida
la vida de las ovejas, las lleva a donde hay pastos para el alimento, cuida su
sueño, cura su enfermedad, las acompaña en el camino, las conoce, se interesa
por su bienestar; por otra, las orienta, gobierna, organiza, toma decisiones,
las dirige.
Jesús conoce a cada persona
a fondo y como única. Es un conocimiento amoroso; cada persona es amada por
Jesús como ella es, permanentemente y sin considerar si ella es mejor o peor.
De la misma manera, cada persona está llamada a conocer y a amar a Jesús como
amigo, a escucharlo y a seguirlo. Porque Jesús nos conoce y nos ama ("el
Pastor conoce sus ovejas"), se adapta a cada uno, ayudándonos de acuerdo a
nuestras necesidades y debilidades.
En un rebaño, algunas ovejas
son lentas y perezosas, otras son muy ansiosas y rápidas; algunas están
enfermas, otras cojas, algunas tienen tendencia a perderse, otras a
desviarse...
Jesús es cuidadoso en guiar
a cada persona, con infinita compasión, a los pastos de la vida verdadera y
perdurable. La Comunidad ora por la vida y el ministerio de sus pastores (Papa,
Obispos, Presbíteros y Diáconos) para que la gracia del Padre misericordioso
los confirme en el carisma recibido por la imposición de la manos y los colme
de amor pastoral para el servicio del pueblo de Dios.
Algunas preguntas para
pensar durante la semana
1. ¿Estoy convencido que
Cristo me quiere como soy, aun en mis momentos malos y defectuosos?
2. ¿Imito a Jesús el Buen
Pastor en el servicio al Pueblo de Dios,
en la educación de mis hijos, o como profesor, o en cualquiera que sea mi
trabajo en la vida?
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