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lunes, 18 de abril de 2016



LUNES  18 DE ABRIL -DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA

EVANGELIO
Yo soy la puerta de las ovejas.

Del Evangelio según san Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños’.

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.

Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.
Palabra del Señor.

 

NO SEGUIR LAS VOCES DE EXTRAÑOS 

Verdad: La primera lectura de este día reporta un episodio que tiene como protagonista al apóstol Pedro. Realizando cosas prohibidas por la Ley judía, como entrar en casa de paganos y compartir su alimento, Pedro manifiesta que Dios le ha revelado que, en su proyecto, también los paganos están llamados a encontrar en Cristo el camino de la salvación. La visión que Dios le permite tener, rompe sus mezquinos criterios legalistas, y lo lleva a entender la universalidad de la propuesta de salvación que Dios quiere hacer llegar a todos los pueblos y razas.

El texto del Evangelio, por su parte, hace eco de la fiesta del buen Pastor. En la parte del discurso se insiste de nuevo en el conocimiento que tiene el Señor de cada uno de nosotros, y de la imperiosa necesidad que tenemos nosotros de reconocer la voz del Pastor, distinguiéndola de otras voces de extraños, que en lugar de conducirnos a la vida, pueden llevarnos por caminos de perdición. El Pastor llama por el nombre propio y va delante de su rebaño, señalando el camino correcto, el que lleva a la vida, y vida en abundancia.

Camino: ¿Cuál es mi actitud ante la misericordia y generosidad de Dios que quiere hacer llegar su propuesta de salvación a todas las personas, sin distinción?

Vida: Jesús, buen Pastor: que nos llamas por nuestro nombre propio en el bautismo, concédenos la gracia de escuchar y seguir siempre tu Palabra de vida. Amén. 

 

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