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Emisora Vida Nueva

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Vida Nueva Cali - Reproductor

martes, 31 de mayo de 2016



Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: 31 de Mayo: La Visitación de la Virgen
Texto del Evangelio (Lc 1,39-56): En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».

Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
Comentario: Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida (Lleida, España)
«Saltó de gozo el niño en mi seno»
Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.

El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).

A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir “sí” más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser “santuarios de la vida”. El Papa San Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».

Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.

lunes, 30 de mayo de 2016


LUNES 30 DE MAYO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Lunes IX del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mc 12,1-12): En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores, y se ausentó.

»Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacías. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron. Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros. Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero aquellos labradores dijeron entre sí: ‘Éste es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia’. Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña.

»¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros. ¿No habéis leído esta Escritura: ‘La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?’».

Trataban de detenerle —pero tuvieron miedo a la gente— porque habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron.
Comentario: Fr. Alphonse DIAZ (Nairobi, Kenia)
«Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña»
Hoy, el Señor nos invita a pasear por su viña: «Un hombre plantó una viña (...) y la arrendó a unos labradores» (Mc 12,1). Todos somos arrendatarios de esa viña. La viña es nuestro propio espíritu, la Iglesia y el mundo entero. Dios quiere frutos de nosotros. Primero, nuestra santidad personal; luego, un constante apostolado entre nuestros amigos, a quienes nuestro ejemplo y nuestra palabra les anime a acercarse cada día más a Cristo; finalmente, el mundo, que se convertirá en un mejor sitio para vivir, si santificamos nuestro trabajo profesional, nuestras relaciones sociales y nuestro deber hacia el bien común.

¿Qué clase de arrendatarios somos? ¿De los que trabajan duro, o de los que se irritan cuando el dueño envía a sus siervos a cobrarnos el alquiler? Podemos oponernos a los que tienen la responsabilidad de ayudarnos a proporcionar los frutos que Dios espera de nosotros. Podemos poner objeciones a las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia y del Papa, los obispos, o quizás, más modestamente, de nuestros padres, nuestro director espiritual, o de aquel buen amigo que está tratando de ayudarnos. Podemos, incluso, volvernos agresivos, y tratar de herirles o, hasta “matarlos” mediante nuestra crítica y comentarios negativos. Deberíamos examinarnos a nosotros mismos acerca de los motivos reales de dicha postura. Quizás necesitamos un conocimiento más profundo de nuestra fe; quizás debemos aprender a conocernos mejor, a efectuar un mejor examen de conciencia, para poder descubrir las razones por las que no queremos producir frutos.

Pidamos a Nuestra Madre María su ayuda para que podamos trabajar con amor, bajo la guía del Papa. Todos podemos ser “buenos pastores” y “pescadores” de hombres. «Entonces, vayamos y pidamos al Señor que nos ayude a llevar fruto, un fruto que permanezca. Sólo así este valle de lágrimas se transformará en jardín de Dios» (Benedicto XVI). Nosotros podríamos acercar a Jesucristo nuestro espíritu, el de nuestros amigos, o el del mundo entero, si tan sólo leyéramos y meditáramos las enseñanzas del Santo Padre, y tratásemos de ponerlas en práctica.

sábado, 28 de mayo de 2016



DOMINGO 29 DE MAYO

Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Multiplicar el pan es compartir
Génesis 14,18-20: «Melquisedec presentó pan y vino»
Salmo 110(109): «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec»
1Corintios 11, 23-26: «Cada vez que coman este Pan y beban de este Cáliz, proclaman la muerte del Señor»
San Lucas   9,10-17: «Comieron todos y se saciaron»
El episodio de la historia de Abrahán que nos recuerda el libro del Génesis ha servido como punto de partida para una catequesis sobre Jesucristo y la Eucaristía. Melquisedec, Rey y Sacerdote sale al encuentro de Abraham y le presenta pan y vino. El representa un culto abierto, sin particularismos. Al no mencionar la Biblia su genealogía, se interpreta como una especial dedicación a Dios y a su misión. La ofrenda del pan y del vino significa un gesto de acogida, de espiritualización del culto frente a sacrificios animales.
Melquisedec, rey de Salem (Jerusalén), es un precursor lejano de todos los reyes hijos de David. Jesús es el Hijo de David, su reino no tiene fin, y su sacerdocio no se extingue, porque vive eternamente ante el Padre, intercediendo por nosotros,
La carta paulina a los Corintios nos brinda un testimonio emocionante de cómo Pablo recibió de la comunidad primitiva, al convertirse, la tradición de la institución de la Eucaristía «que procede del Señor». La eucaristía es el bien común de la Iglesia, el banquete en el que ofrecemos y participamos de la muerte sacrificial de Cristo.
Pablo recuerda la forma tradicional de la Cena, para cortar los abusos que se habían introducido en el ágape e precedía a la misma. Aparece la Eucaristía como memorial y como anuncio de la muerte del Señor. El interpreta su propia muerte: «Se entrega por ustedes y por todos los hombres».
En el Evangelio de hoy vemos que Jesús: dio de comer a más de cinco mil hombres, con los cinco panes y dos peces que le presentaron, después de estar hablando largamente del Reino, después de curar a los que lo necesitaban, alzando la mirada al cielo, orando, y pronunciando la bendición, - y recogieron las sobras: doce  cestos. Estos doce cestos, uno por cada apóstol, es el signo de que ellos han de seguir alimentando a los hambrientos, como Jesús lo hizo: con la Palabra, la oración, los signos correspondientes y el Pan.
Hoy, día de Corpus, nos alegramos con la celebración del gran acontecimiento realizado por Jesús en la noche del Jueves Santo: «esto es mi cuerpo y esta es mi sangre, derramada para el perdón de los pecados; hagan esto en conmemoración mía. Junto a la presencia sacramental de Cristo, celebramos su presencia en la Palabra, en la Comunidad, y en los «signos» que han de ser vistos en cada uno de nosotros como creyentes en Cristo Jesús.
Pero no podemos olvidar la otra parte del testamento que nos dejó: «ámense unos a otros como Yo los he amado». Si procuramos seguir el mandato de Jesús, oiremos aquellas palabras que también él pronunció: «vengan benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me dieron de comer». La fiesta de Corpus nos habla de la manifestación del Señor, pero no solamente en las procesiones por las calles de nuestras ciudades y pueblos (que está muy bien hacerlo), sino en la manifestación de nuestra manera de vivir, que debe ser signo de fraternidad, de unidad, de caridad.
Para meditar durante la semana:
¿Es la Eucaristía le fuente que alimenta y la fuerza que anima nuestra vida cristiana
¿Ocupa la Eucaristía el lugar central en nuestra vida semanal?

viernes, 27 de mayo de 2016



28 Mayo 2016 / SAN FELIPE NERI, PRESBÍTERO / Mamoria obligatoria / Blanco 
 
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PRIMERA LECTURA
Dios puede preservarlos a ustedes de todo pecado y hacer que se presenten ante su gloria, gozosos y sin mancha.

De la Carta del san Judas 17.20-25

Queridos hermanos: Recuerden las palabras que les predicaron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Consolídense sobre el cimiento de su fe santa, oren movidos por el Espíritu Santo, conserven en ustedes el amor a Dios, en espera de que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo les dé la vida eterna.

A los indecisos traten de convencerlos, para arrancarlos del fuego de la condenación; a los otros, manifiéstenles compasión, pero con cautela, aborreciendo aun la ropa contaminada por su mala vida.

Al Dios único, nuestro salvador, que puede preservarlos a ustedes de todo pecado y hacer que se presenten ante su gloria gozosos y sin mancha, honor y gloria, fuerza y poder, por Jesucristo, nuestro Señor, desde siempre, ahora y por todos los siglos. Amén.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 62

R/. Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; / de ti sedienta está mi alma. / Señor, todo mi ser te añora / como el suelo reseco añora el agua. R/.

Para admirar tu gloria y tu poder, / con este afán te busco en tu santuario. / Pues mejor es tu amor que la existencia; / siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/.

Podré así bendecirte mientras viva / y levantar en oración mis manos. / De lo mejor se saciará mi alma; / te alabaré con jubilosos labios. R/.

EVANGELIO
¿Con qué autoridad haces todo esto?

Del Evangelio según san Marcos 11, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jeru-salén, y mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?".

Jesús les respondió: “Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme".

Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si le decimos que de Dios, nos dirá: ‘Entonces ¿por qué no le creyeron?, y si le decimos que de los hombres..." Pero como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús: “No lo sabemos" Entonces Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto”.
Palabra del Señor.
 


 

LA AUTORIDAD DE JESÚS VIENE DEL PADRE 

Verdad: La Carta de Judas es uno de los escritos más breves de toda la Biblia. En el apartado que se proclama hoy como primera lectura, se nos ofrecen exhortaciones a la constancia y fidelidad en la verdad de nuestra fe, y a cultivar las actitudes que son coherentes con la fe que proclamamos. El autor respalda sus consejos y advertencias en la enseñanza de los Apóstoles. La fe, la oración, el amor fraterno, la misericordia, la corrección fraterna, el evitar a los falsos maestros, son actitudes y valores que expresan constancia y firmeza en el Evangelio cristiano aprendido.

Las autoridades religiosas del pueblo judío, aquellas que controlaban el templo como un negocio, y que se sintieron ofendidas con la actitud de Jesús cuando Él entró a expulsar a los mercaderes y cambistas, como se relataba en el evangelio de ayer, hoy lo cuestionan acerca de la autoridad que lo respaldaba para tener semejante atrevimiento. El Señor hubiera podido responderles que la autoridad le venía de Dios, su Padre, y de la absoluta coherencia entre aquello que decía y hacía; pero prefiere jugar con ellos para dejar al descubierto sus malas intenciones.

Camino: ¿De qué manera y con qué actitudes concretas respaldo aquellas verdades de fe que creo de corazón y profeso de palabra?

Vida: Señor Jesús: ayúdanos a tener tu misma libertad interior y respaldar nuestras decisiones y acciones en la coherencia de vida y la voluntad de tu Padre Dios. Amén. 

jueves, 26 de mayo de 2016



JUEVES 26 DE MAYO SANTA MARIANA DE JESUS 

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Jueves VIII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mc 10,46-52): En aquel tiempo, cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle». Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.
Comentario: P. Ramón LOYOLA Paternina LC (Barcelona, España)
«¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»
Hoy, Cristo nos sale al encuentro. Todos somos Bartimeo: ese invidente a cuya vera pasó Jesús y saltó gritando hasta que éste le hiciese caso. Quizás tengamos un nombre un poco más agraciado... pero nuestra humana flaqueza (moral) es semejante a la ceguera que sufría nuestro protagonista. Tampoco nosotros logramos ver que Cristo vive en nuestros hermanos y, así, los tratamos como los tratamos. Quizás no alcanzamos a ver en las injusticias sociales, en las estructuras de pecado, una llamada hiriente a nuestros ojos para un compromiso social. Tal vez no vislumbramos que «hay más alegría en dar que en recibir», que «nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos» (Jn 15,13). Vemos borroso lo que es nítido: que los espejismos del mundo conducen a la frustración, y que las paradojas del Evangelio, tras la dificultad, producen fruto, realización y vida. Somos verdaderamente débiles visuales, no por eufemismo sino en realidad: nuestra voluntad debilitada por el pecado ofusca la verdad en nuestra inteligencia y escogemos lo que no nos conviene.

Solución: gritarle, es decir, orar humildemente «Jesús, ten compasión de mí» (Mc 10,48). Y gritar más cuanto más te increpen, te desanimen o te desanimes: «Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más…» (Mc 10,48). Gritar que es también pedir: «Maestro, que vea» (cf. Mc 10,51). Solución: dar, como él, un brinco en la fe, creer más allá de nuestras certezas, fiarse de quien nos amó, nos creó, y vino a redimirnos y se quedó con nosotros, en la Eucaristía.

El Papa Juan Pablo II nos lo decía con su vida: sus largas horas de meditación —tantas que su Secretario decía que oraba “demasiado”— nos dicen a las claras que «el que ora cambia la historia».

miércoles, 25 de mayo de 2016



25 Mayo 2016 /  SAN GREGORIO VII, SAN BEDA EL VENERABLE, SANTA MARÍA MAGDALENA DE PAZZI / Memoria libre / Verde - Blanco 
 
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PRIMERA LECTURA
Los ha rescatado Dios con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin mancha.

De la Primera carta de san Pedro 1, 18-25

Hermanos: Bien saben ustedes que de su estéril manera de vivir, heredada de sus padres, los ha rescatado Dios, no con bienes efímeros, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha, al cual Dios había elegido desde antes de la creación del mundo, y por amor a ustedes, lo ha manifestado en estos tiempos, que son los últimos. Por Cristo, ustedes creen en Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y lo llenó de gloria, a fin de que la fe de ustedes sea también esperanza en Dios.

Así pues, purificados ya internamente por la obediencia a la verdad, que conduce al amor sincero a los hermanos, ámense los unos a los otros de corazón e intensamente. Porque han vuelto ustedes a nacer, y no de una semilla mortal, sino inmortal, por medio de la palabra viva y permanente de Dios. En efecto, todo mortal es hierba y toda su belleza es flor de hierba: se seca la hierba y cae la flor; en cambio, la palabra del Señor permanece para siempre. Y esa es la Palabra que se les ha anunciado.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 147

R/. Demos gloria al Señor.

Glorifica al Señor, Jerusalén, / a Dios ríndele honores, Israel. / Él refuerza el cerrojo de tus puertas / y bendice a tus hijos en tu casa. R/.

Él mantiene la paz en tus fronteras, / con su trigo mejor sacia tu hambre. / Él envía a la tierra su mensaje / y su palabra corre velozmente. R/.

Le muestra a Jacob su pensamiento, / sus normas y designios a Israel. / No ha hecho nada igual con otro pueblo, / ni le ha confiado a otro sus proyectos. R/.


EVANGELIO
Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado.

Del Evangelio según san Marcos 10, 32-45

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban camino de Jerusalén y Jesús se les iba adelantando. Los discípulos estaban sorprendidos y la gente que los seguía tenía miedo. Él se llevó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: "Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusa-lén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; van a condenarlo a muerte y a entregarlo a los paganos; se van a burlar de él, van a escupirlo, a azotarlo y a matarlo; pero al tercer día resucitará”.

Entonces se acercaron a Jesús, Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte” Él les dijo: "¿Qué es lo que desean?”. Le respondieron: "Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”. Jesús les replicó: "No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?”. Le respondieron: "Sí podemos”. Y Jesús les dijo: "Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado”.

Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: "Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos’.
Palabra del Señor.
 


 

NO A LAS AMBICIONES DE PODER Y AL AFÁN DE LOS PRIMEROS PUESTOS

Verdad: El apóstol Pedro centra su atención en el misterio pascual de Cristo, y de él extrae las consecuencias prácticas que deben manifestarse en la vida de los creyentes. De hecho, la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús es el fundamento último de nuestra fe, al recordarnos que la sangre preciosa de Cristo fue el precio de incalculable valor que tuvo que pagarse para rescatarnos de la esclavitud del pecado y la muerte a que estábamos sometidos. Nuestra nueva condición de redimidos debe brillar en la vida nueva del amor fraterno y la verdad.

Las ambiciones de poder y de alcanzar los puestos de honor en el Reino de Jesús, evidencian una realidad que no sólo estaba presente en Santiago y Juan y demás apóstoles, sino que puede hacerse presente también en los ambientes eclesiásticos y ministeriales de hoy. La fragilidad humana muchas veces nos impide aprender la lección del servicio y la entrega de la vida por amor que Jesús quiere enseñarnos como nota distintiva del verdadero seguimiento y discipulado cristiano. Entre nosotros no debieran funcionar las egoístas dinámicas de ambición del mundo.

Camino: ¿Soy consciente del altísimo precio que Dios y Jesús tuvieron que pagar por mi rescate? ¿A qué me mueve esa experiencia del amor gratuito de Dios?

Vida: Señor Jesús: concédenos la gracia de aprender la lección de amor y servicio que nos diste, y liberes nuestros corazones de ambiciones egoístas y mezquinas. Amén. 

martes, 24 de mayo de 2016


MARTES 24 DE MAYO- FERIA- FIESTA DE MARIA AUXILIADORA

EVANGELIO

Recibirán cien veces más en esta vida, junto con persecuciones; y en el otro mundo, la vida eterna.

Del Evangelio según san Marcos 10, 28-31

En aquel tiempo, Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte”.

Jesús le respondió: "Yo les aseguro: nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres e hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna. Y muchos que ahora son los primeros serán los últimos, y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros” 
Palabra del Señor.
 

 

DEJARLO TODO PARA SEGUIR A CRISTO 

Verdad: La primera lectura de hoy, tomada de la primera carta atribuida a San Pedro, fijando la mirada en la historia sagrada del pasado, y considerando especialmente la función de los profetas, extrae aplicaciones y exhortaciones concretas para los creyentes de hoy, invitándolos a considerar que lo enseñado por los profetas se orientaba a ayudarnos a nosotros a vivir coherentemente nuestra fe en el presente, en la santidad que Dios quiere, pero también proyectados hacia el futuro esperanzador que nos aguarda, gracias al sacrificio redentor de Cristo.

El texto que se proclama hoy en el evangelio insiste en las exigencias del seguimiento de Cristo. El corazón del discípulo debe estar libre de apegos y de otros intereses que no sean los del Reino de Dios. El discipulado cristiano implica también abandonar las ambiciones de poder y prestigio, de aparecer y brillar, para optar, más bien, por el servicio, por hacerse los últimos, para llegar a ser los primeros en el Reino de Dios y obtener el ciento por uno en esta vida, acompañado de persecuciones y fatigas por la fidelidad a Cristo y a su Evangelio.

Camino: ¿He aprendido a reconocer que la historia sagrada me ayuda vivir mi fe en santidad, y me proyecta al futuro de esperanza de Dios me señala como meta?

Vida: Señor Jesús: danos un corazón libre y generoso, humilde y dispuesto al servicio, para seguirte fielmente, aun en medio de tribulaciones y fatigas. Amén. 

 

lunes, 23 de mayo de 2016



LUNES 23 DE MAYO- OCTAAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

EVANGELIO
Ve y vende lo que tienes y sígueme.

Del Evangelio según san Marcos 10, 17-27

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante Él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”. Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre”.

Entonces él le contestó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven" Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme" Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.

Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: “¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!" Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: “Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que un rico entrar en el Reino de Dios".
Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: “Entonces, ¿quién puede salvarse?". Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: “Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible"
Palabra del Señor.
 

 

LIBERTAD Y AMOR EN EL SEGUIMIENTO DE CRISTO 

Verdad: La primera lectura, de la primera carta atribuida al apóstol Pedro, recuerda nuestra dignidad cristiana en razón del bautismo. Gracias a que el bautismo nos ha injertado en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, hemos podido renacer a una esperanza nueva, que nos anima y sostiene en el camino de la vida, y que incluso nos da la fortaleza y la serenidad para afrontar las pruebas y tribulaciones que tiene la vida, sin desmayar en nuestra fe y en nuestros compromisos cristianos de cada día.

El episodio que acostumbramos a llamar el joven rico, nos recuerda en el evangelio de hoy que no basta con ser buenos, según los criterios mezquinos de lo mandado por la ley; eso está bien, pero no es suficiente. Para ser auténticos discípulos y discípulas de Jesús, hay que tener el corazón libre de apegos, ser solidarios con los pobres y necesitados, e ir en pos de Cristo, y de sus huellas de servicio, entrega, amor y sacrificio. En definitiva, la libertad y el amor deben ser las condiciones fundamentales para el seguimiento de Cristo.

Camino: ¿Cómo afronto las tribulaciones y adversidades que encuentro en la vida? ¿Qué implica saber que mi bautismo me ha hecho renacer a una esperanza viva?

Vida: Señor Jesús: que nos invitas a seguirte en libertad y amor; concédenos un corazón desprendido de apegos y generoso en el servicio y la entrega.  Amén. 

sábado, 21 de mayo de 2016


DOMINGO 22 DE MAYO 2016

Fiesta de la Santísima Trinidad
¿Quién es Dios?
Proverbios.. 8,22-31: «Antes del origen de la tierra fui engendrada»
Salmo 8: «¡Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!»
Romanos 5, 1-5: «El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu que nos ha sido dado»
San Juan 16,12-15: «Todo lo que tiene el Padre es mío; el Espíritu recibirá de lo mío y se lo anunciará”.
La primera parte y la más rica del «Año Litúrgico» toca hoy a su fin. En este período, comenzado en Adviento, hemos celebrado los grandes misterios de nuestra fe: Encarnación, Navidad, Cuaresma, Pascua y Pentecostés. Adecuadamente, cerramos este período con un Domingo dedicado a la Santísima Trinidad. Pues la Trinidad resume el misterio de Dios y del destino del hombre.
El texto poético del libro de los Proverbios es sobre la naturaleza de la Sabiduría de Dios. Y como los atributos de Dios no son diferentes de Dios mismo, el texto trata de Dios como Sabiduría. Así, aprendemos que la Sabiduría de Dios no tiene tiempo; es el origen de todos los seres y de la creación. La sabiduría de Dios preside sobre todo el mundo y su desarrollo; sóbrela naturaleza y la historia.
En la Carta a los Romanos S. Pablo nos recuerda que Cristo nos dio acceso a Dios. Dios, tan diferente de nosotros, tan inaccesible a nuestra inteligencia, es un misterio. Pero a través de Cristo somos capaces de conocer sobre Dios, de alcanzarlo y de ser sus amigos. Y sobre todo de compartir ese amor. Jesús nos reveló a Dios como amor, y la venida de este amor a nuestros corazones por el Espíritu Santo.
¿De qué se trata en el misterio de la Trinidad? Se trata de la naturaleza íntima del Dios cristiano, el único verdadero Dios, revelado por Jesucristo. Fue Cristo quien nos enseño sobre la Trinidad, en muchas ocasiones diferentes (en el Evangelio de hoy, por ejemplo), y esta enseñanza es esencial a la fe de la Iglesia. ¿Qué es lo que Jesús y su Iglesia dicen sobre la Trinidad?:
Primero: que es un misterio más allá de nuestra inteligencia. Y con razón. Si pudiéramos entender completamente a Dios, querría decir que estaríamos entendiendo a un dios falso, parecido a nosotros.
Segundo: hay sólo un y único Dios, no tres Dioses. La Trinidad significa que el Uno y Único Dios vive en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Tercero: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres Personas diferentes, aunque no son tres Dioses diferentes. Y el Padre es totalmente Dios, y el Hijo es total e igualmente Dios, y asimismo el Espíritu Santo.
¿Es la Trinidad relevante para nuestra vida diaria? Lo es, y mucho. Porque Dios actúa en el mundo y en nosotros a través de sus tres diferentes Personas. Dios Padre  es fuente de creación y vida. Guía el mundo, por caminos misteriosos, por su Providencia, para compartir su propia vida y felicidad. Dios Hijo es Jesucristo, pues el Hijo se hizo carne. Jesús es nuestro Maestro y nuestro Salvador, y nuestro Amigo; para nosotros es el Camino y la «concentración» de la Trinidad. Y Dios Espíritu Santo, el amor de Dios actuando en la historia, en cada persona, cultura y pueblo, y principalmente en la Iglesia de Jesucristo.
Algunas preguntas para meditar durante la semana:
1. ¿Acepto a Dios como un misterio?
2. ¿Rezo a Dios en términos vagos, o me relaciono de persona a persona con el Padre, o con Jesús, o con el Espíritu Santo?

viernes, 20 de mayo de 2016



Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Viernes VII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mc 10,1-12): En aquel tiempo, Jesús, levantándose de allí, va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde Él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, El los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre».

Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Comentario: Rev. D. Miquel VENQUE i To (Barcelona, España)
«Como acostumbraba, les enseñaba»
Hoy, Señor, quisiera hacer un rato de oración para agradecerte tu enseñanza. Tú enseñabas con autoridad y lo hacías siempre que te dejábamos, aprovechabas todas las ocasiones: ¡claro!, lo entiendo, Señor, tu misión básica era transmitir la Palabra del Padre. Y lo hiciste.

—Hoy, “colgado” en Internet te digo: Háblame, que quiero hacer un rato de oración como fiel discípulo. Primero, quisiera pedirte capacidad para aprender lo que enseñas y, segundo, saber enseñarlo. Reconozco que es muy fácil caer en el error de hacerte decir cosas que Tú no has dicho y, con osadía malévola, intento que Tú digas aquello que a mí me gusta. Reconozco que quizá soy más duro de corazón que aquellos oyentes.

—Yo conozco tu Evangelio, el Magisterio de la Iglesia, el Catecismo, y recuerdo aquellas palabras del papa Juan Pablo II en la Carta a las Familias: «El proyecto del utilitarismo asentado en una libertad orientada según el sentido individualista, es decir, una libertad vacía de responsabilidad, es el constitutivo de la antítesis del amor». Señor, rompe mi corazón deseoso de felicidad utilitarista y hazme entrar dentro de tu verdad divina, que tanto necesito.

—En este lugar de mirada, como desde la cima de la cordillera, comprendo que Tú digas que el amor matrimonial es definitivo, que el adulterio —además de ser pecado como toda ofensa grave hecha a ti, que eres el Señor de la Vida y del Amor— es un camino errado hacia la felicidad: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla» (Mc 10,11).

—Recuerdo a un joven que decía: «Mossèn el pecado promete mucho, no da nada y lo roba todo». Que te entienda, buen Jesús, y que lo sepa explicar: Aquello que Tú has unido, el hombre no lo puede separar (cf. Mc 10,9). Fuera de aquí, fuera de tus caminos, no encontraré la auténtica felicidad. ¡Jesús, enséñame de nuevo!

Gracias, Jesús, soy duro de corazón, pero sé que tienes razón.

jueves, 19 de mayo de 2016


JUEVES 19 DE MAYO- FERIA- SANTA BERNARDA BUTLER

EVANGELIO
Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al lugar de castigo.

Del Evangelio según san Marcos 9, 41-50

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa.
Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar.

Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Todos serán salados con fuego. La sal es cosa buena; pero si pierde su sabor, ¿con qué se lo volverán a dar? Tengan sal en ustedes y tengan paz los unos con los otros”.
Palabra del Señor.
 

 

EVITAR EL ESCÁNDALO Y TODO PECADO 

Verdad: Nuevamente se hace presente la valentía profética de Santiago, con las expresiones de la primera lectura de hoy, donde denuncia con firmeza las actitudes prepotentes de injusticia, acaparamiento y egoísmo de los ricos, en detrimento del derecho de los pobres. Dios creó el mundo para que todos sus hijos e hijas viviéramos dignamente en él, por eso su voluntad es la comunión fraterna de los bienes, no el enriquecimiento de pocos a costa de la miseria de muchos. Santiago no ahorra palabras fuertes y amenazas de castigo contra los ricos egoístas injustos.

Interpretando acertadamente las palabras del Evangelio de hoy, captamos una fundamental enseñanza para nuestra vida cristiana: nuestra vocación es ser santos, y por lo tanto, debemos cultivar y promover todo aquello que nos permita realizar esa vocación; así como debemos evitar todo cuanto pueda inducirnos al pecado. En definitiva, se trata de estar vigilantes y en permanente discernimiento de modo que optemos siempre por el bien, renunciando a situaciones o realidades que puedan distraernos y extraviarnos del camino de la santidad cristiana.

Camino: ¿Qué tan dispuesto estoy a la comunión fraterna de bienes? ¿Soy generoso y solidario con mis semejantes más pobres y necesitados?

Vida: Señor Jesús: tú quieres que seamos santos y misericordiosos como el Padre Dios; concédenos la gracia de evitar todo pecado, y optar siempre por el bien. Amén. 

 

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