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Vida Nueva Cali - Reproductor

jueves, 12 de mayo de 2016



12 DE MAYO. JUEVES. SEPTIMA SEMANA DE  PASCUA

EVANGELIO
Que su unidad sea perfecta.

Del Evangelio según san Juan 17, 20-26

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre, no sólo te pido por mis discípulos, sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno, a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado.

Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta y así el mundo conozca que tú me has enviado y que los amas, como me amas a mí.

Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo.

Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo sí te conozco y éstos han conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos”.
Palabra del Señor.
 

 

CONSERVEMOS LA UNIDAD PARA QUE EL MUNDO CREA

Verdad: Al final de su tercer viaje misionero, el apóstol Pablo llega a Je-rusalén, donde sufre un complot de los judíos, que finalmente provoca que el procurador romano lo ponga bajo custodia y lo haga comparecer ante el Sanedrín, para ser juzgado. San Pablo aprovecha ese circunstancia para anunciar el Evangelio de Cristo muerto y resucitado, y para evidenciar la división que existía entre los judíos entre saduceos y fariseos, en razón de algunas creencias. Y gracias a esa polémica suscitada, Pablo pudo predicar a Cristo y salvar su vida por ahora.

Siguiendo el texto de la Oración sacerdotal de Jesús, el Evangelio de Juan insiste hoy en la súplica que hace el Señor por sus discípulos, pidiendo muy especialmente por la unidad entre ellos. Y con esto queda claro que la comunión fraterna se convierte en signo elocuente de la acción de Dios, y testimonio para el mundo, que lo puede conducir a la fe. Si todavía hoy el mundo no termina de creer, tal vez se deba al hecho de que no hemos conservado ni cultivado suficientemente la unidad y solidaridad entre nosotros. Nuestras divisiones y conflictos son contrarios a la fe.

Camino: 
¿Sé aprovechar todas las circunstancias, incluso las adversas y dolorosas, para dar valiente testimonio de Cristo muerto y resucitado?

Vida: Padre bueno: consérvanos en la unidad a todos los discípulos de tu Hijo, para que seamos signo de tu amor en el mundo, y las personas encuentren el camino de la fe. Amén. 

 

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