PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
PREPARARNOS
PARA ENCONTRAR A CRISTO
Isaías2, 1-5: «El Señor
reune a todos los pueblos en la paz eterna del Reino de Dios»
Salmol. 122(121): «Qué
alegría cuando me ijeron "vamos a la Casa del Señor"»
Romanos 13, 11-14: «Nuestra
salvación está cerca»
San Mateo. 24, 37-44:
«Velen, porque no saben qué día vendrá el Señor»
Adviento es un tiempo que
prepara para el futuro. Un futuro de gracia salvífica que viene con Jesucristo.
El profeta Isaías visualiza
este futuro de paz y gracia mediante varios símbolos. El símbolo de la mansión
de Dios sobre una montaña (que es la Iglesia), invitando al pueblo a acudir,
ofreciéndoles el camino del Mesías (Cristo). Símbolos de la paz y fraternidad
que el Mesías (Cristo) traerá: cambiando las armas por herramientas de paz, los
conflictos en amistad.
La lectura de San Pablo es
una advertencia para hacernos conscientes de la gracia que viene. Usa el bien
conocido símbolo bíblico de las tinieblas y la luz. El nacimiento de Jesús es
el inicio de un permanente día de salvación; la noche del pecado pronto quedará
atrás. Por lo tanto, guiemos nuestras vidas de acuerdo con esta Luz que ya
amanece entre nosotros, y desprendámonos de las obras de una noche y unas
tinieblas que deberían ya pertenecer a nuestro pasado.
El tema del Evangelio de hoy
es la vigilancia cristiana; Jesús usa el relato del diluvio enlos tiempos de
Noé, que sorprendió a la gente desprevenida y envuelta en una vida de pecado,
para subrayar la necesidad de vigilar diariamente sobre nuestro modo de vivir,
y de estar preparados para uestro encuentro con Cristo.
Como sucede con varios de
los Evangelios de Adviento, este texto tiene un doble significado. Por una
parte, es una llamada a prepararnos para el encuentro con Jesús que viene en
Navidad. Esta venida está llena de gracia y de misericordia, pero al estar
éstas encarnadas en la humanidad de Dios, necesitamos fe, amor y un corazón
pobre a fin de compartir estos dones de Dios.
Por otra parte, es una
llamada a preparamos para encontrar a Jesús cuando venga a nosotros en el
momento de nuestra muerte. Esta venida es en justicia y misericordia, y su momento
preciso no lo conocemos: «No pueden conocer el día en que su Señor venga... Llegará
en el momento en que menos lo esperan».
Sin embargo, estos dos modos
de encontrar a Jesús están relacionados. Aquel que está bien preparado para la
gracia de Navidad, también estará bien preparado para la gracia de la muerte. Y
no nos engañemos sobre la calidad de nuestra preparación. Esta significa un cambio
de corazón; no tiene que ver con apariencias externas ni con la «imagen». La diferencia
se da en la orientación profunda de nuestras vidas. Por eso, «dos hombres estan
en el campo... dos mujeres estarán moliendo... pero uno será tomado y el otro
será abandonado».
Algunas preguntas para
pensar durante la semana
1. ¿Forma parte de mi vida
pensar que debo encontrar a Jesús cara a cara?
2. Adviento es una llamada a
la preparación de la Navidad. ¿De qué manera práctica voy a cambiar para ser
mejor?
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