2 DOMINGO DE ADVIENTO
ESPERAR
Y CONVERTIRNOS AL REINO
Isaías 11, 1-10: «Con
equidad dará sentencia al pobre»
Salmo. 72(71): «Que en sus
días florezca la justicia»
Romanos 15, 4-9: «Cristo se
hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios»
San Mateo 3, 1-12:
«Conviértanse porque ha llegado el Reino d los Cielos»
En esa hermosa poesía
profética, Isaías prevé la venida de Jesús, su personalidad, y el Reino de salvación que viene con él. La
primera parte de la profecía muestra a Jesús lleno del Espíritu Santo, de sus
dones y de sus actitudes evangélicas. La segunda parte muestra los efectos de
su Reino en la humanidad. Los símbolos que se emplean, tomados de la vida
rural, apuntan a la justicia, la paz y la fraternidad en las relaciones humanas
en todas partes. La acción del rey es hacer justicia a los pobres; castigar,
dominar, obligar a que sean justos los malvados, los que explotan. De esta
acción surge una nueva era, la fraternidad: en la que el hombre deje de ser un
lobo para el hombre; tiempo de igualdad, sin agresividades, con verdadera
libertad. Bello paraíso, pero es todo un programa.
En esta lectura, San Pablo
señala dos cosas: En primer lugar, la necesidad de la Esperanza cristiana, y no
sólo para este tiempo de Adviento, sino para toda la vida. Y la lectura de la
Biblia es un modo excelente de mantener esta esperanza. En segundo lugar, la universalidad
de esta Esperanza cristiana: Cristo vino en la carne, para el bien tanto de los
judíos como de los gentiles, así como vendrá en la gracia en la próxima Navidad
para el bien de toda la humanidad.
El Evangelio de hoy
introduce a Juan Bautista y su mensaje de conversión para preparar al pueblo
para la venida de Jesús y su Reino. Previamente, el Evangelio pone énfasis en
la austeridad de Juan y en su modo de vida santo. Pues sucede que la gente no
cree fácilmente en los predicadores que viven cómodamente o que no viven de
acuerdo con lo que predican.
De la misma manera, aquí se
nos dice sobre la valentía de la fe de Juan para dar testimonio del Reino de
Dios y sus exigencias, aun si a veces se encuentra aislado «como voz que clama
en el desierto». Soto así aprendemos el contenido de su mensaje al pueblo. Este contiene varias ideas:
a) la primera y más básica
es que el Reino de Dios está cercano. Esta es una buena noticia, porque todo
mensaje cristiano es una Buena Noticia, y las exigencias que se siguen de este
mensaje básico son para capacitar al pueblo a aceptar y gozar de las gracias
del Reino;
b) de ahí la necesidad de
conversión. Según el Bautista, la conversión no es buenas intenciones, sino que
debemos expresar nuestra conversión practicando obras buenas(«dando fruto»);
c) la conversión no permite
ni excusas ni coartadas. Todo el mundo la necesita. («No se confíen en que son
hijos de Abraham..»). Como si Juan nos dijera: «No se confíen en que son
cristianos practicantes, buenos católicos». Pues toda persona tiene algo que
cambiar, algo que mejorar. Y este Adviento es el tiempo para hacerte.
Algunas preguntas para
pensar durante la semana
1. ¿En qué aspectos de mi
vida mi fie cristiana es una buena noticia para mí?
2. Identifique alguna de las
buenas intenciones que ha mantenido desde hace algún tiempo, y que necesita ser
puesta en práctica.
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