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Vida Nueva Cali - Reproductor

sábado, 25 de marzo de 2017

DOMINGO 26 DE MARZO




VIDA NUEVA
Cuarto domingo de Cuaresma
La luz que disipa la ceguera
1Samuel 16, 1b.6-7: «El Señor no ve las apariencias sino el corazón»»
Salmo 23(22): «El Señor es mi pastor, nada me falta»
Efesios. 5, 8-14: «Antes eran tinieblas, pero ahora son luz por el Señor»
San Jun 9,1-41: «Creo, Señor»
Si el tema litúrgico del  Domingo  pasado fue la gracia salvadora de Jesús como agua viva, en este domingo ésta es presentada como luz, que disipa las tinieblas del error y del mal.
La primera lectura nos cuenta cómo David es escogido como primer rey de Israel. Es elegido por Samuel, Juez y Profeta de Dios. Iluminado por el Espíritu, Samuel es capaz de tomar una buena decisión, sin dejarse engañar por falsas apariencias.
«Cristo será su luz» es el mensaje de San Pablo. Participamos en la luz de Cristo. Si es así, no debemos seguir los caminos de las tinieblas, como antes, sino los caminos de la luz, dejando atrás el pecado, el mal y el materialismo. La Cuaresma es una invitación a luchar contra las formas de tinieblas que aún se aferran a nosotros, a fin de prepararnos para el don pascual de la luz.
Para subrayar el tema de la salvación como luz, la Iglesia nos presenta hoy el Evangelio de la curación del ciego de nacimiento. Esta curación es una parábola de nuestra propia sanación espiritual de las cegueras del corazón, por obra de Jesús.
Destaquemos algunas reflexiones sobre este Evangelio:
a) La ceguera de espíritu es también un mal: la incapacidad de «ver» los valores de la fe; error y confusión con respecto al bien y al mal; incapacidad para hacer discernimientos cruciales en nuestra vida.
b) Por lo tanto, Jesús también vino a salvarnos de la ceguera de espíritu. Por eso él se muestra a menudo en los Evangelios como «Luz»: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».
c) Como en el caso de la ceguera material, no podemos adquirir luz espiritual sin ayuda exterior. No podemos producirnos luz a nosotros mismos. Y Jesús, luz y fuente de luz tiene muchos modos de salvarnos de la tiniebla  espiritual.
 d) Los caminos para superar las tinieblas del espíritu y para crecer en la luz de la fe, del conocimiento propio, de la bondad y de la sabiduría, están también señalados, como parábola, en el Evangelio. Antes de que el ex-ciego pudiera ver a Jesús, sufre varias pruebas. Es humillado. Es causa de discusiones. Se encuentra aislado. Al final, le implora a Jesús para que le deje ver al Hijo de Dios.
Por lo tanto, como también lo muestra la experiencia, los caminos de la iluminación espiritual son la oración, la humildad y el sufrimiento. Este Evangelio es muy hermoso.
Podemos sacar de él muchas enseñanzas, útiles para el tiempo de Cuaresma, del detallado relato de la curación del ciego.
Algunas preguntas para pensar durante la semana
1. ¿Me he dado cuenta de las formas de ceguera espiritual en el curso de mi vida?
2. Piense en momentos en que la oración o el sufrimiento le han ayudado a iluminar su vida.

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