23° DOMINGO DEL TIEMPO
ORDINARIO
LA
CORRECCION FRATERNA
Lecturas:
Ezequiel. 33,7-9: «Si no
hablas al malvadlo te pediré cuenta de tu sangre»
Salmo 95 (94): «Ojalá
escuchen hoy su voz: No endurezcan su corazón»
Romanos 13, 8-10: «Amar es
cumplir la ley entera ».
San Mateo 18,15-20: «Si te
hace caso, has salvado a tu hermano».
Comentario:
La liturgia de este domingo
pone énfasis en la práctica de la caridad en situaciones particulares. Esta
lectura es sobre la caridad con respecto al malvado. ¿Qué es caridad en este
caso? Es confrontar al malvado con su pecado y malas obras. En ocasiones esto puede
parecer inútil. El profeta, sin embargo, nos recuerda el deber de una denuncia adecuada,
aun si el malvado no escucha. Si no lo hacemos, nosotros también hacemos mal
San Pablo también escribe
sobre la caridad. La caridad es la fuente de nuestras buenas obras; la falta de
caridad es la fuente del mal que hacemos. El pecado, por lo tanto, es siempre,
de alguna manera, contra la caridad. O la caridad debida a Dios, o a los demás,
o a uno mismo.
En el Evangelio de hoy Jesús
aborda algunos casos de caridad práctica:
a) La caridad como
corrección fraterna. Para que la corrección sea caritativa y productiva debe
seguir el consejo de Jesús. Debe ser hecha en una atmósfera de amistad. Debe ser
hecha privadamente, evitando situaciones embarazosas para el otro. Sólo como último
recurso, si nuestro hermano o hermana no nos escuchan y sus hechos son perjudiciales
para la comunidad, pedimos a la autoridad intervenir.
b) La caridad es el lazo de
la comunidad cristiana. Sin caridad -solidaridad, reconciliación, fraternidad-
una comunidad cristiana no es nada. Es como un cuerpo sin alma. ¿Por qué es
esto así? La caridad significa que el Espíritu Santo está presente. El es la
fuente de toda caridad y el vínculo de la comunidad. Como el Espíritu es el
Espíritu de Cristo, sus palabras en el Evangelio tienen sentido: "Donde
dos o tres están reunidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos".
c) La caridad fraterna da a
la oración un especial valor y fuerza. Por eso la oración comunitaria es tan
importante en la Iglesia. Por eso, en momentos y necesidades importantes, la
Iglesia convoca a los cristianos a reunirse en oración. La oración fraterna y
persistente siempre llega al corazón de Dios.
Algunas preguntas para
pensar durante la semana
1. ¿Sé cómo corregir y ser
corregido?
2. Además de mi oración
privada, ¿participo en oraciones comunitarias?
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