El rezo del Santo Rosario surge
aproximadamente en el año 800 a la sombra de los monasterios, como Salterio de
los laicos. Dado que los monjes rezaban los salmos (150), a los laicos, los
cuales en su mayoría no sabían leer, se les enseñó a rezar 150 Padres nuestros.
Al pasar el tiempo, se formaron otros tres salterios con 150 Aves Marías, 150
alabanzas en honor de Jesús y 150 alabanzas en honor de María.
En el año 1365 se hizo una combinación de los cuatro salterios,
dividiendo las 150 Aves Marías en 15 decenas y poniendo un Padre nuestro al
inicio de cada una de ellas. En 1500 se estableció, para cada decena, la
meditación de un hecho de la vida de Jesús o María, y así surgió el actual
Rosario de quince misterios.
La palabra Rosario significa 'Corona de Rosas'. La Virgen María
ha revelado a muchas personas que cada vez que rezan un Ave María le entregan
una rosa y por cada Rosario completo le entregan una corona de rosas. La rosa
es la reina de las flores, así que el Rosario es la rosa de todas las
devociones y por lo tanto es la más importante.
El Santo Rosario es considerado como la oración perfecta porque
junto con el esta aunada la majestuosa historia de nuestra salvación. Con el
rosario de hecho, meditamos los misterios de gozo, de dolor y de gloria de
Jesús y María. Es una oración simple, humilde como María. Es una oración que
podemos hacer con ella, la Madre de Dios. Con el Ave María la invitamos a que
rece por nosotros. La Virgen siempre nos otorga lo que pedimos. Ella une su
oración a la nuestra. Por lo tanto, ésta es más poderosa, porque María recibe
lo que ella pide, Jesús nunca dice no a lo que su madre le pide. En cada una de
sus apariciones, nos invita a rezar el Rosario como una arma poderosa en contra
del maligno, para traernos la verdadera paz.
El Rosario esta compuesto de dos elementos: oración mental y
oración verbal.
En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la
meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria
de Jesucristo y de su Santísima Madre.
La oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario
completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre
Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario.
La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año
1214 de una forma milagrosa: cuando la Virgen se apareciera a Santo Domingo y
se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros
pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se propagó rápidamente
alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.
1. Hacer el signo de la cruz y rezar el
símbolo de los apóstoles "CREDO" o el acto de contrición
2. Rezar el Padrenuestro
3. Rezar 3 Avemarías y Gloria.
4. Anunciar el primer misterio. Rezar el Padrenuestro.
5. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
5. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
6. Anunciar el segundo misterio. Rezar el
Padrenuestro.
7. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
8. Anunciar el tercer misterio. Rezar el
Padrenuestro.
9. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
10. Anunciar el cuarto misterio. Rezar el
Padrenuestro.
11. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
12. Anunciar el quinto misterio. Rezar el
Padrenuestro.
13. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
14. Rezar la Salve.
ORACIONES
SEÑAL
DE LA CRUZ
Por la señal de la Santa Cruz, de
nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.
+ En
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén
SÍMBOLO
DE LOS APÓSTOLES ( http://creoenelevangelioytu.blogspot.com/2014/10/credo.html)
Creo
en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo
en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde
allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo
en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
ACTO
DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser
vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa
de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con
las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente
nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén
PADRE
NUESTRO
Padre
nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
+ Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer
en la tentación y líbranos del mal.
Amén
AVE
MARÍA
Dios te salve, María; llena eres de
gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito
es el fruto de tu vientre, Jesús.
+ Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte.
Amén
GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
+ Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén
JACULATORIAS
Puede
usarse una de estas dos:
- María,
Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y
ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
- Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados,
sálvanos del fuego del infierno y guía todas las almas al Cielo,
especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia. (Oración
de Fátima)
SALVE
Dios
te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada
nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh
piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega
por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
ORACIÓN FINAL
Omnipotente
y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el
cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora
de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que, pues celebramos con alegría su
conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males
presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor.
Amén
MISTERIOS GOZOSOS
(Lunes y Sábado)
1. La Anunciación
(Lc 1,26-38 ;
Mt 1,18-25)
Cita Biblica: “El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante
de Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien
pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo
(...). Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tú
palabra.”
El primer ciclo, el de los 'misterios gozosos', se caracteriza
efectivamente por el gozo que produce el acontecimiento de la encarnación. Esto
es evidente desde la anunciación, cuando el saludo de Gabriel a la Virgen de
Nazaret se une a la invitación a la alegría mesiánica: 'Alégrate, María'. A
este anuncio apunta toda la historia de la salvación, es más, en cierto modo,
la historia misma del mundo. En efecto, si el designio del Padre es de
recapitular en Cristo todas las cosas (cf. Ef 1, 10), el don
divino con el que el Padre se acerca a María para hacerla Madre de su Hijo
alcanza a todo el universo. A su vez, toda la humanidad está como implicada en
el fiat con el que Ella responde prontamente a la voluntad de Dios.
2. La Visita de la Virgen
María a su Prima Santa Isabel
(Lc 1,39-55)
Cita Biblica: “En aquellos días, se levanto María y se fue con
prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y
saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María,
saltó de gozo el niño en su seno, e
Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo:
bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de donde
a mí que la madre de mi Señor venga a visitarme?” .
El regocijo se percibe en la escena del encuentro con Isabel,
dónde la voz misma de María y la presencia de Cristo en su seno hacen 'saltar
de alegría' a Juan (cf. Lc 1, 44). Repleta
de gozo es la escena de Belén, donde el nacimiento del divino Niño, el Salvador
del mundo, es cantado por los ángeles y anunciado a los pastores como 'una gran
alegría'.
3. El Nacimiento de Jesús
(Mt 2,1-12 ; Lc 2,1-20)
Cita Biblica: “Y sucedió que, mientras ellos estaban allí se cumplieron los días del
alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y
le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había
en la misma comarca algunos pastores (...) se les presentó el Ángel del
Señor, (...)y les dijo: no temáis, pues os anuncio una gran alegría, (...)
os ha nacido (...) un salvador.”
Repleta de gozo es la escena de Belén, donde el nacimiento del
divino Niño, el Salvador del mundo, es cantado por los Ángeles y anunciado a
los pastores como una gran alegría.
4. La Presentación de Jesús
(Lc
2, 22-38)
Cita Biblica: “Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como
está escrito en la Ley del Señor. (...) Y he aquí que había en Jerusalén
un hombre llamado Simeón que esperaba la consolación de Israel;
y estaba en él el Espíritu Santo. (...)Simeón les bendijo y dijo a
María, su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en
Israel, y para ser señal de contradicción- ¡y a ti misma una espada te
traspasará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de
muchos corazones.”
Pero ya los dos últimos misterios, aun
conservando el sabor de la alegría, anticipan indicios del drama. En efecto, la
presentación en el templo, a la vez que expresa la dicha de la consagración y
extasía al viejo Simeón, contiene también la profecía de que el Niño será
'señal de contradicción' para Israel y de que una espada traspasará el alma de
la Madre.
5. Jesús hallado en el Templo
(Lc 2,40-51)
Gozoso y dramático al mismo tiempo es
también el episodio de Jesús de 12 años en el templo. Aparece con su sabiduría
divina mientras escucha y pregunta, y ejerciendo sustancialmente el papel de
quien 'enseña'. La revelación de su misterio de
Hijo, dedicado enteramente a las cosas del Padre, anuncia aquella radicalidad
evangélica que, ante las exigencias absolutas del Reino, cuestiona hasta los
más profundos lazos de afecto humano. José y María mismos, sobresaltados y
angustiados,'no
comprendieron' sus palabras
MISTERIOS DOLOROSOS
MISTERIOS DOLOROSOS
(Martes y Viernes)
(Mateo 26,36-50; Marcos
14,32-46; Lucas 22,39-48; Juan 18,1-8)
Cita Biblica: “Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los
discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y
a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y
adelantándose un poco, cayó rostro en tierra,” y dijo: “Padre si quieres aparta
de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. “Y sumido en
agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de
sangre que caían en tierra”
El itinerario meditativo se abre con Getsemaní, donde Cristo
vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre,
contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a rebelarse.
Allí, Cristo se pone en lugar de todas las tentaciones de la humanidad y frente
a todos los pecados de los hombres, para decirle al Padre: «no se haga mi
voluntad, sino la tuya» (Lc 22, 42 par.). Este 'sí' suyo cambia el 'no' de los
progenitores en el Edén. Y cuánto le costaría esta adhesión a la voluntad del
Padre.
2. La Flagelación
(Mateo
27,26; Marcos 15,15; Juan 19,1)
Cita Biblica: (Pilato) “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro
ningún delito en él (...). ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de
los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! (...)
Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle”
En los misterios dolorosos contemplamos en
Cristo todos los dolores del hombre: en Él, angustiado, traicionado,
abandonado, capturado aprisionado; en Él, injustamente procesado y sometido a
la flagelación; en Él, mal entendido y escarnecido su misión; en Él, condenado
con complicidad del poder político; en Él conducido públicamente al suplicio y
expuesto a la muerte más infamante: en Él, Varón de dolores profetizado por
Isaías, queda resumido y santificado todo dolor humano.
3. La Coronación de Espinas
(Mateo 27,27-30; Marcos 15,16-20; Juan
18.7; Juan 19,2-15)
Cita Biblica: Los soldados “trenzando una
corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una
caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ¡Salve,
Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en
la cabeza.”
Acabado el martirio de los azotes, comiénzase de nuevo otro no
menos injurioso, que fue la coronación [de espinas]. Porque vinieron a juntarse
allí todos los soldados... a hacer fiesta de los dolores e injurias del
Salvador, y tejiendo primeramente una corona de espinas, hincáronla por su
sacratísima cabeza, para que así padeciese con ella con una parte sumo dolor, y
por otra suma deshonra.
4. Jesús con la Cruz a
Cuestas
(Mateo 27,31-33; Marcos 15,20-22; Lucas
23,26-32; Juan 19,16-17)
Cita Biblica: “Cuando se hubieron burlado de
él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”.
“Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario”. “Y
obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (...) a que llevara su cruz.”
« 'Dios tanto amó al mundo que dio a su Hijo único'. ¡Éste es en
síntesis, el significado, del misterio de la redención del mundo! Hay que darse
cuenta plenamente del valor del gran don que el Padre nos ha hecho en Jesús. Es
necesario que ante la mirada de nuestra alma se presente Cristo, el Cristo de
Getsemaní, el Cristo flagelado, coronado de espinas, con la cruz a cuestas y,
por último, crucificado. Cristo tomó sobre sí el peso de los pecados de todos
los hombres, el peso de nuestros pecados, para que, en virtud de su sacrificio
salvífico, pudiéramos reconciliarnos con Dios.»
5. La Crucifixión
(Mateo 27, 34-61; Marcos 15, 23-47; Lucas
23, 33-56; Juan 19,18-42)
Cita Bíblica: “Llegados al lugar llamado
Calvario, le crucificaron. (...) Jesús decía: Padre, perdónales, porque no
saben lo que hacen (...). Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse
el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona (...). Jesús,
dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y,
dicho esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no le quebraron las piernas, sino que
uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza y al instante
salió sangre y agua.”
« He aquí el hombre, el
Rey de los judíos, el unigénito. Él mismo se ha desnudado para asumir la
condición de siervo que da la vida por sus amigos, por los enemigos, por cada
ser humano, ha tomado sobre sí, sobre su cuerpo torturado, agotado, ofrecido
sin reservas; toda esa violencia que llevamos dentro, todo el peso de nuestros
rechazos, de nuestras rebeldías, de las traiciones, de los fracasos y nos abre
para siempre la fuente del perdón, las puertas del Reino de los Cielos. »
MISTERIOS LUMINOSOS
(Jueves)
1. El Bautismo de Jesús en el
Río Jordán
(Mateo, 3,13-17)
Cita Biblica: “Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán
donde Juan, para ser bautizado por él (...). Salió luego del agua; y en esto se
abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y
venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: Este esmi Hijo amado,
en quien yo me complazco.”
Misterio de luz es ante todo el Bautismo en
el Jordán. En él, mientras Cristo, como inocente que se hace 'pecado' por
nosotros entra en el agua del río, el cielo se abre y la voz del Padre lo
proclama Hijo predilecto y el Espíritu desciende sobre Él para investirlo de la
misión que le espera.
2. Las Bodas de Caná
(Juan 2,1-12)
Cita Biblica: “Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino,
porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: No tienen
vino. Jesús le responde: ¿Qué tengo yo contigo,
mujer? Todavía no ha llegado mi hora. Dice su madre a los sirvientes:
Haced lo que él os diga.”
Misterio de luz
es el comienzo de los signos en Caná de Galilea, durante la celebración del
matrimonio, cuando Cristo, transformando el agua en vino, abre el corazón de
los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente
3. La Proclamación del Reino
de Dios y el llamado a la conversión
(Marcos 1,15)
Cita Biblica: (Mc 1, 15, 21; 2,3-11) “Marchó Jesús a Galilea; y
proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios
está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva (...). [Luego] llegan a
Cafarnaúm (...) y le vienen a traer a un paralítico. (...) Al no poder
presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo (...) y a través de la abertura que
hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe
de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados (...), a
ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.”
(Lc 7, 47-48) Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque
ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.» Y le dijo a ella: «Tus pecados
quedan perdonados.»
Misterio de luz es la predicación con la cual Jesús anuncia la
llegada del Reino de Dios e invita a la conversión perdonando los pecados de
quien se acerca a Él con humilde fe. De esa manera inicia su ministerio de
misericordia, el mismo que continúa especialmente a través del sacramento de la
Reconciliación confiado a la Iglesia.
4. La Transfiguración
(Lucas 9, 28-36)
Cita Biblica: “Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a
Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se
transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus
vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y
Elías que conversaban con él. (...) [Y] una nube luminosa los cubrió con
susombra y de la nube salía una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en quien
me complazco; escuchadle."
La gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo,
mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo
'escuchen' y se dispongan a vivir con Él el momento doloroso de la Pasión, a
fin de llegar con Él a la alegría de la Resurrección y a una vida transfigurada
por el Espíritu Santo
5. La Institución de
Eucaristía
(Juan 13)
MISTERIOS GLORIOSOS
(Miercoles y Domingo)
1. La Resurrección
(Mateo 28,1-15; Marcos 16,1-18; Lucas
24,1-12; Juan 20,1-28)
Cita Biblica: “El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: Vosotras no temáis, pues sé
que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había
dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id en seguida a decir a sus
discípulos: Ha resucitado de entre los muertos”
La tumba está vacía. Es un testigo silente del evento central de
la historia humana: la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo... la tumba
vacía nos ha permitido presenciar la victoria de la Vida sobre la muerte. Con
los Apóstoles y los Evangelistas, con la Iglesia de todo tiempo y lugar,
nosotros también damos testimonio y proclamamos: '¡Cristo ha resucitado!' Ha
resucitado de entre los muertos y nunca volverá a morir; la muerte no tiene más
poder sobre Él » (cf. Rom 6, 9) .
« El Señor de la Vida estaba muerto; ahora Él reina victorioso
sobre la muerte, es la fuente de la vida eterna para todos los que creen.
2. La Ascensión
(Lucas
24,39-53; Marcos 16,19-20; Hechos 1,6-9)
Cita Biblica: Jesús “los sacó hasta cerca de
Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía
se separó de ellos y fue llevado al cielo.” Después “salieron a predicar por
todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las
señales que la acompañaban.”
Jesucristo va al Padre (a la casa del Padre) para 'introducir' a
los hombres que 'sin Él no podrían entrar'. Sólo Él puede abrir su acceso a
todos: Él que 'bajó del cielo' (Jn 3, 13), que
'salió del Padre' (Jn 16, 28) y ahora vuelve al Padre 'con su propia
sangre, consiguiendo una redención eterna' (Heb 9, 12). Él
mismo afirma: 'Yo soy el Camino nadie va al Padre sino por mí'» (Jn
14, 6). Os
conviene que yo me vaya, porque si no me voy, no vendrá a vosotros el
Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré' (Jn 16, 7).
Sí. Cristo debe poner término a su presencia terrena, a la presencia visible
del Hijo de Dios hecho hombre, para que pueda permanecer de modo invisible, en
virtud del Espíritu de la Verdad, del Consolador, el Paráclito... por ello
prometió repetidamente: 'Me voy y volveré a vosotros'» (Jn 3. 28).
3. Pentecostés
(Hechos
1,14; 2,47)
Cita Biblica: “Todos ellos perseveraban en la
oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la
madre de Jesús, y de sus hermanos. (...) Al llegar el día de Pentecostés,
estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido
(...) que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas
lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos;
quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse”
En Pentecostés viene el Espíritu Santo y nace la Iglesia. La
Iglesia es la comunidad de los que han ‘nacido de lo alto’, «de agua y
Espíritu", como dice el evangelio de san Juan (cf.
Jn 3, 3. 5). La
comunidad cristiana no es, ante todo, el resultado de la libre decisión de los
creyentes; en su origen está primariamente la iniciativa gratuita del amor de
Dios, que otorga el don del Espíritu Santo. La adhesión de la fe a este don de
amor es ‘respuesta’ a la gracia, y la misma adhesión es suscitada por la
gracia. Así pues, entre el Espíritu Santo y la Iglesia existe un vínculo
profundo e insoluble. A este respecto, dice san Ireneo: ‘Donde está la Iglesia,
ahí está también el Espíritu de Dios; y donde está el Espíritu del Señor, ahí
está la Iglesia y toda gracia’ (Adv. haer., III, 24, 1). Se comprende, entonces, la atrevida
expresión de san Agustín: ‘Poseemos el Espíritu Santo, si amamos a la Iglesia’
» (In Io., 32, 8).
4. La Asunción
(Apocalipsis
2,11)
Cita Biblica: “¡Levántate, amada mía, hermosa
mía, y vente! Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y
se han ido. (...) Muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es
dulce, y bello tu semblante.”
« A esta exaltación de la « Hija excelsa de Sión … mediante la
asunción a los cielos, está unido el misterio de su gloria eterna. En efecto,
la Madre de Cristo es glorificada como « Reina universal ». La que en la
anunciación se definió como ‘ esclava del Señor ‘ fue durante toda su vida
terrena fiel a lo que este nombre expresa, confirmando así que era una
verdadera ‘discípula’ de Cristo, el cual subrayaba intensamente el carácter de
servicio de su propia misión: el Hijo del hombre ‘ no ha venido a ser servido,
sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos ‘(Mt 20, 28). Por
esto, María ha sido la primera entre aquellos que, ‘sirviendo a Cristo también
en los demás, conducen en humildad y paciencia a sus hermanos al Rey, cuyo
servicio equivale a reinar ‘. Y ha conseguido plenamente aquel ‘estado de
libertad real’, propio de los discípulos de Cristo: ¡servir quiere decir
reinar!».
5. La Coronación de María en
el Cielo
(Apocalipsis
12,1)
Cita Biblica: “Toda espléndida, la hija
del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con sus brocados es llevada
ante el rey.” Y “una gran señal apareció en el cielo; una mujer, vestida del
sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.”
« Verdaderamente
se convirtió en Señora de toda la creación, desde que llegó a ser Madre del
Creador . Se afirma del Hijo que la Virgen dará a luz: 'Será llamado Hijo del Altísimo,
y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y reinará en la casa de
Jacob eternamente, y su reino no tendrá fin'; y, además, María es
proclamada 'Madre del
Señor'. Síguese de ello lógicamente que Ella misma es Reina, pues
ha dado vida a un Hijo que, ya en el instante mismo de su concepción, aún como
hombre, era Rey y Señor de todas las cosas, por la unión hipostática de la
naturaleza humana con el Verbo. »
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